martes, 21 de noviembre de 2017

¿Debe el Estado ser empresario ad perpétuam?

 Por Carlos Vilchez Navamuel



Según nos dicen, "el socialismo es una doctrina política y económica que propugna la propiedad y la administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr una organización de la sociedad en la cual exista una igualdad política, social y económica de todas las personas, de esa forma el Estado se convierte en un Estado empresario, ese es el cuento de algunos, pero como veremos a continuación, el fin es otro".

El verdadero objetivo del líderes del socialismo y todas sus ramificaciones, llámense estas socialdemocracia, progres o socialcristiana ha sido otro, les interesa tener un Estado empresario para beneficiarse a sí mismos y luego beneficiar a ciertos grupos de presión, sean sindicatos, monopolios, oligopolios, exportadores, industriales, burocracia, etc., y obtener de ellos sus votos y ayudas en las campañas políticas, de esta forma tienen seguro por clientelismo político el patrocinio por una parte y por otra una cantidad segura del electorado, esa es la principal razón por la que los estatistas no quieren reducir el tamaño del Estado.

En nuestra región nos encontramos varios ejemplos; el más radical por supuesto se implantó en la Unión Soviética,  Cuba y ahora lo vemos practicado en Venezuela, sus dirigentes quieren controlar absolutamente todo, sin importar a qué precio, en Cuba todas las empresas son del Estado, de esa manera solo un pequeño grupo se beneficia y la mayoría de la población se empobrece y es la que paga el costo de ese modelo.

En otros países las ideas socialistas se han impuesto de manera más democrática como en Costa Rica, pero su intención era convertir al Estado en empresario, no solo pensando en dominar los servicios indispensables sino en abarcar otras áreas para hacerlo más grande, así nació en los años setenta la Corporación Costarricense de Desarrollo (CODESA) que creó importantes empresas, entre ellas: Acuacultura S.A., Algodones de Costa Rica S.A. (ALCORSA), Aluminios Nacionales, S.A. (ALUNASA), Atunes de Costa Rica, S. A., Azucarera Guanacaste S. A., Azufrera de Guanacaste S. A., Bolsa Nacional de Valores, Cementos del Pacífico, S. A. (CEMPASA), Cementos del Valle S. A. (CENVASA), Central Azucarera Tempisque S. A. (CATSA), Consolidación de Compañías Agrícolas e industriales S.A., Consorcio de Exportación de Productos Costarricenses S. A. (CONEXPO), Corporación de la Zona Franca de Exportación S. A., Corporación para el Desarrollo Agroindustrial Costarricense, S. A. (DAISA)., Distribuidora Costarricense de Cemento S. A. (DISCOCEM)., Fábrica de Chocolates CABSHA, S.A., Ferrocarriles de Costa Rica, S.A. (FECOSA)., Fertilizantes  Centroamericanos S. A. (FERTICA)., Ingenio Azucarero de Boruca., Ingenio Azucarero de 4000 – 6000 T.M.C.D. , Minera Nacional, S. A.  (MINASA)., Oficina de Fletamiento Marítimo, S. A. (FLEMAR)., Staves Barrels and Parquet INC. STABAPARI., Tempisque Ferry Boat, S. A., Transportes Metropolitanos, S. A. (TRANSMESA). 

Como se sabe, muchas de estas empresas desaparecieron, CODESA como todas las empresas del Estado tuvo grandes pérdidas y cerró en julio de 1997, el periódico La Nación publicó una nota que decía entre otras cosas: “Ayer desapareció física y legalmente la Corporación Costarricense de Desarrollo (CODESA), que tras 24 años de existencia produjo pérdidas para el país por ¢15.000 millones”. Esa suma equivalía a unos $65 millones de dólares en ese momento. http://wvw.nacion.com/ln_ee/1997/julio/30/economia3.html

Tampoco podemos ignorar las pérdidas que han generado las actuales empresas estatales como RACSA, FANAL, ICE, bancos estatales, así como los actos de corrupción que se han señalado en BICSA o el BCR, cuyo gran perdedor no es sino otro que el ciudadano de a pie.

Hay quienes piensan en Costa Rica que estas ideas socialistas no eran para siempre sino transitorias, así nos lo hace saber el licenciado Viko Pacheco quien en un comentario expuesto hace unos días en su muro de Facebook expresó: “El estado empresario no fue una visión ad perpétuam sino una transición eventual (se hablaba de 30 a 35 años) hacia un sistema mixto y eventualmente normal, entiéndase por el estado fuera de esa actividad como la mayoría de las economías modernas en que los servicios públicos se dan en competencia privada de mejor calidad y a MUCHO menor costo”.

No estamos seguros si esto es exacto o no, y lamentablemente desconocemos la idea de los constituyentes de 1949, de ser cierta esta versión, los constituyentes deberían de haber dejado plasmado en la Constitución de 1949 que el Estado después de 30 o 35 años se convertiría en un Estado mixto liberando así la economía como ya lo hacían algunos países en el mundo. Eso debió de haber ocurrido a mediados de los 80 del siglo pasado, estamos atrasados 30 años.

Aunque ya se cerraron algunas empresas estatales en Costa Rica, no debemos olvidar que la burocracia siguió creciendo sin control alguno, a la fecha existen 329 instituciones y, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en este país existen aproximadamente 305.000 empleados públicos que representan solo un 15% de los ocupados del país, esto quiere decir que el resto de las personas que trabajan, el 85% tiene que mantener a ese 15% con pluses, altos salarios y una cantidad de beneficios desmedidos.

 Como sabemos, todo nace, vive y muere, las ideas y los modelos políticos evolucionan, nada se estanca, el Estado empresario costarricense ya hizo su papel, empresas como RACSA, FANAL el ICE  y otras más continúan operando con constantes pérdidas, de la misma forma sabemos lo que sucede en los bancos estatales, deberíamos venderlos ahora que estamos a tiempo, debemos reducir también el Estado y abrir la economía de forma completa, reducir los gasto y eliminar tanta tramitología, estimular el emprendimiento, bajar los impuestos para ser más competitivos y así beneficiar a la mayoría de la población del país.

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