domingo, 5 de noviembre de 2017

Sí hay corrupción en Costa Rica, pero no exageremos

Por Carlos Vilchez Navamuel



A propósito de la "novela en vivo" que vivimos en estas semanas los costarricenses llamada: “El Cementazo” es bueno hacer un breve comentario para poner las cosas en perspectiva, sin exagerar y sin llevar las pasiones a límites que no podamos controlar, en Costa Rica hay corrupción y todos los sabemos, pero existen los mecanismos legales y civiles para luchar contra este flagelo que padecen la mayoría de los países.

En el transcurso de la vida de los costarricenses  hemos visto algunos hechos de corrupción que han sido noticias, sin embargo, estamos seguros de que una gran mayoría de otros actos corruptos de dimensiones más grandes nunca aparecieron en las primeras páginas.

Alfonso W. Quiroz nos explica en su libro Historia de Corrupción en el Perú que “La corrupción constituye un fenómeno insidioso, amplio, variado y global que comprende actividades tanto públicas como privadas. No se trata únicamente del tosco saqueo del patrimonio del Estado. La corruptela comprende el ofrecimiento y la recepción de sobornos; la malversación y mala asignación de fondos y gastos públicos; los escándalos financieros y políticos; el fraude electoral, el tráfico de influencias y otras trasgresiones administrativas como el financiamiento ilegal de partidos políticos en busca de favores indebidos. No obstante, sus efectos recurrentes y cíclicos, hasta esta publicación ha sido poco lo que sabíamos acerca de las causas específicas de la corrupción en el país y sus costos económicos e institucionales”.

Corromper según el Diccionario de la Lengua Española es alterar y trastrocar la forma de algo, echar a perder, depravar, dañar o pudrir algo, sobornar a alguien con dádivas o de otra manera, pervertir a alguien y hacer que algo se deteriore.

Este acto, como muchos, se deben a las debilidades y ambiciones humanas se dan en todos los ámbitos y en todas las esferas, son muchas las personas cometen hechos de este tipo en algún momento de sus vidas, y muchas de ellas se hacen sin darse cuenta, estos actos se arrastran de generación en generación, es común haber escuchado pedir favores de diferentes tipos en alguna oficina del Estado, algunos piden o dan hay coimas para facilitar una gestión, otros por “tráfico de influencias” sin importar rango alguno.

Sin embargo, lo anterior no trasciende de la misma forma como en algunos actos que escandalizan a una sociedad en general.  Esto es importante porque actualmente la CORRUPCIÓN se entiende únicamente cuando aparece en los medios de información y los hechos se ven al descubierto, la corrupción aparece cuando la libertad es socavada, cuando el Estado tiene monopolios odiosos y crece de forma desmedida, Costa Rica tiene 329 instituciones públicas, el clientelismo y el mercantilismo es el pan de cada día, la única forma de detener la corrupción es reducir el Estado, vender las empresas estatales y liberar la economía.

Existen índices de corrupción basados en estudios muy serios que nos indican los niveles de corrupción de cada país, esto nos permite ver el grado de corrupción, por ello no podemos ni debemos exagerar en cuanto a esta clase de  hechos de corrupción que aparezcan, entendemos que la corrupción es una como tal, sin embargo, no pueden valorarse los hechos de la misma forma, no es lo mismo un acto de corrupción donde hay $1 millón de dólares de por medio que una coima de 20.000 colones por sobornar a un policía de tránsito.

 Si bien es cierto, la corrupción en Costa Rica la encontramos en todas las instituciones de formas diferentes que van desde robos de materiales del estado de parte de funcionarios hasta el recibo de pequeñas mordidas hasta casos como el de la trocha o el cementazo, el nivel de corrupción sigue siendo muy bajo en comparación con otros países, eso sí, debemos reducir la corrupción si la denunciamos de forma inteligente y moderada, respetemos los poderes y el proceso, en Costa Rica los actos de corrupción son pocos y pequeños si se comparan con lo que sucede en Venezuela, México o Somalia.

En enero pasado, Transparencia Internacional presentó la última versión de su Índice de Percepción de la Corrupción. Mientras Nueva Zelanda y Dinamarca aparecen como los países menos corruptos del mundo, según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2016, España se sitúa en (41), Italia (60) y Somalia (177 y Sudán (176) aparecen en el otro extremo de la lista como los países más corruptos del planeta de una lista de 176 países.

En nuestra región el mejor posicionado es Uruguay (21) seguido de Chile (24) y Costa Rica (41), Panamá (87), Nicaragua (145) y Venezuela en el último lugar se sitúa en el puesto 166.   https://www.infobae.com/america/mundo/2017/01/25/el-ranking-de-los-paises-mas-y-menos-corruptos-del-mundo/

Así las cosas, vemos que Costa Rica es el tercer país menos corrupto de la región, la cacería de brujas no es buena consejera, hace unos 25 años en Venezuela la Prensa comenzó un ataque desmedido contra los políticos de la época, dos décadas después la democracia fue desmontada por un grupo de inescrupulosos. Hoy la libertad que los ciudadanos gozaban en aquella época no existe.

En el presente las redes sociales sirven para visualizar el interés sobre ciertos temas, “El cementazo” ahora en campaña ha sido sobredimensionado y aunque son hechos importantes porque involucran a varias personas de diferentes instituciones, debemos dejar las cosas en manos de la Justicia y que la misma proceda como la Constitución así lo dispone, no caigamos en la quema de brujas antes de tiempo, eso sí, que cada palo aguante su vela. 

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