Por Carlos Vilchez Navamuel
Es de todos conocido que la comunidad internacional le pidió al presidente Nicolás Maduro que no realizara las elecciones, se le advirtió además que no serían reconocidas, pero contra viento y marea el pasado 20 de mayo de 2018 se hicieron las elecciones presidenciales en Venezuela, comicios que fueron convocados por la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela 2017.
Una vez hecho el escrutinio respectivo, la presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, Tibisay Lucena salió en cadena de televisión y comunicó que “el jefe de Estado, Nicolás Maduro, había sido reelegido en su cargo con 6.190.612 votos. Su principal adversario, Henri Falcón, ha obtenido 1.917.036 votos, mientras que el candidato Javier Bertucci ha logrado 925.042 votos y Reinaldo Quijada 34.614”.
Sin embargo, todo el mundo sabía que estas elecciones eran una farsa, las pruebas se dieron a conocer durante todo el domingo, los ciudadanos transmitieron vídeos donde se veía la desolación que había frente a los recintos electorales, las calles y avenidas en todo el país están vacías, es un hecho que los ciudadanos se quedaron en sus casas.
Una vez terminado el horario de las votaciones, el opositor más fuerte a Maduro, Henry Falcón escribió un Twiter que decía “Es obligatorio para nosotros denunciar el incumplimiento de los acuerdos. Por eso este proceso no fue real, no lo reconocemos y exigimos que se convoquen nuevas elecciones”.
Fuentes neutrales del Grupo de Lima habían manifestado que la abstención en los comicios en Venezuela llegaría al 82% del padrón electoral.
Contrario a los datos oficiales, el periódico El Nuevo Diario informó que en esas ilegítimas elecciones solo votaron 3.590.040 millones de personas, Maduro habría obtenido nada más que 1.800.920 votos (menos del 10% del padrón electoral) , su contrincante Henry Falcón 1.436.861, Javier Bertucci 327.749 y Reynaldo Quijada 14.210. Con estos datos el abstencionismo sería del 85% del padrón electoral, mayor que el señalado por el Grupo de Lima.
Dicho esto, nos preguntamos, cómo podemos legitimar un proceso que no solo se hizo de forma ilegítima, lleno de arbitrariedades, sacando a los opositores del juego, sino que además el abstencionismo fue tan alto. ¿Acaso el pueblo no se está manifestando de este modo contra este régimen podrido y corrupto?
Hace bien Luis González Posada, excanciller peruano y expresidente del Congreso señaló a PanAm Post una serie de acciones internacionales que deben tomar los gobiernos ante el evidente fraude electoral; y señaló que: “Si 35 países europeos y 15 latinoamericanos han dicho que desconocen el proceso electoral y sus resultados, sería incongruente que mantengan su representación diplomática de más alto nivel con un presidente que es ilegítimo, sería necesario que se retiren los embajadores y dejarlo a nivel consular, eso sería una forma muy clara de señalar la ilegitimación del gobierno de Maduro”. https://es.panampost.com/sabrina-martin/2018/05/20/la-abstencion-marca-record-en-venezuela-82-segun-el-grupo-de-lima/
Con toda esta información a la mano es imposible aceptar los resultados de esas elecciones en Venezuela, es hora de tomar medidas más drásticas, los cincuenta países deberían retirar de forma inmediata a sus embajadores y pedir una intervención de fuerzas internacionales -como lo hizo recientemente el líder polaco Lech Walesa- aquí lo que dijo: “La única manera de liberar a Venezuela es desde el exilio y los venezolanos íntegros y rectos que quedan en el país. Ya que el caso de Venezuela es único y jamás se había parecido a nadie, como los nazis, que también fueron únicos. Venezuela es un caso a estudiar en la historia a futuro, es un país que está secuestrado por un grupo de neo-traficantes y terroristas. A mi parecer, no es una dictadura porque no está regida por un solo líder, una sola persona. Es un Estado neo secuestrado por un grupo criminal. Así que más temprano que tarde, tendrá que ser intervenido por fuerzas de coalición internacional, para preservar la Paz Mundial”. http://impactocna.com/lech-walesa-venezuela-tendra-que-ser-intervenida-por-fuerzas-de-coalicion-internacional-para-preservar-la-paz-mundial/
Una vez hecho el escrutinio respectivo, la presidenta del Consejo Nacional Electoral de Venezuela, Tibisay Lucena salió en cadena de televisión y comunicó que “el jefe de Estado, Nicolás Maduro, había sido reelegido en su cargo con 6.190.612 votos. Su principal adversario, Henri Falcón, ha obtenido 1.917.036 votos, mientras que el candidato Javier Bertucci ha logrado 925.042 votos y Reinaldo Quijada 34.614”.
Sin embargo, todo el mundo sabía que estas elecciones eran una farsa, las pruebas se dieron a conocer durante todo el domingo, los ciudadanos transmitieron vídeos donde se veía la desolación que había frente a los recintos electorales, las calles y avenidas en todo el país están vacías, es un hecho que los ciudadanos se quedaron en sus casas.
Una vez terminado el horario de las votaciones, el opositor más fuerte a Maduro, Henry Falcón escribió un Twiter que decía “Es obligatorio para nosotros denunciar el incumplimiento de los acuerdos. Por eso este proceso no fue real, no lo reconocemos y exigimos que se convoquen nuevas elecciones”.
Fuentes neutrales del Grupo de Lima habían manifestado que la abstención en los comicios en Venezuela llegaría al 82% del padrón electoral.
Contrario a los datos oficiales, el periódico El Nuevo Diario informó que en esas ilegítimas elecciones solo votaron 3.590.040 millones de personas, Maduro habría obtenido nada más que 1.800.920 votos (menos del 10% del padrón electoral) , su contrincante Henry Falcón 1.436.861, Javier Bertucci 327.749 y Reynaldo Quijada 14.210. Con estos datos el abstencionismo sería del 85% del padrón electoral, mayor que el señalado por el Grupo de Lima.
Dicho esto, nos preguntamos, cómo podemos legitimar un proceso que no solo se hizo de forma ilegítima, lleno de arbitrariedades, sacando a los opositores del juego, sino que además el abstencionismo fue tan alto. ¿Acaso el pueblo no se está manifestando de este modo contra este régimen podrido y corrupto?
Hace bien Luis González Posada, excanciller peruano y expresidente del Congreso señaló a PanAm Post una serie de acciones internacionales que deben tomar los gobiernos ante el evidente fraude electoral; y señaló que: “Si 35 países europeos y 15 latinoamericanos han dicho que desconocen el proceso electoral y sus resultados, sería incongruente que mantengan su representación diplomática de más alto nivel con un presidente que es ilegítimo, sería necesario que se retiren los embajadores y dejarlo a nivel consular, eso sería una forma muy clara de señalar la ilegitimación del gobierno de Maduro”. https://es.panampost.com/sabrina-martin/2018/05/20/la-abstencion-marca-record-en-venezuela-82-segun-el-grupo-de-lima/
Con toda esta información a la mano es imposible aceptar los resultados de esas elecciones en Venezuela, es hora de tomar medidas más drásticas, los cincuenta países deberían retirar de forma inmediata a sus embajadores y pedir una intervención de fuerzas internacionales -como lo hizo recientemente el líder polaco Lech Walesa- aquí lo que dijo: “La única manera de liberar a Venezuela es desde el exilio y los venezolanos íntegros y rectos que quedan en el país. Ya que el caso de Venezuela es único y jamás se había parecido a nadie, como los nazis, que también fueron únicos. Venezuela es un caso a estudiar en la historia a futuro, es un país que está secuestrado por un grupo de neo-traficantes y terroristas. A mi parecer, no es una dictadura porque no está regida por un solo líder, una sola persona. Es un Estado neo secuestrado por un grupo criminal. Así que más temprano que tarde, tendrá que ser intervenido por fuerzas de coalición internacional, para preservar la Paz Mundial”. http://impactocna.com/lech-walesa-venezuela-tendra-que-ser-intervenida-por-fuerzas-de-coalicion-internacional-para-preservar-la-paz-mundial/
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