viernes, 5 de octubre de 2018

¿Estaba Yahvé acompañado de otros dioses?


 Por Carlos Vilchez Navamuel



Los que hemos dedicado largo tiempo a estudiar libros “sagrados” como la Biblia, lo hemos hecho superando los miedos al qué dirán por pensar diferente, lo hacemos libre  de dogmatismos y sin aceptar que todo lo que está escrito allí es la palabra verdadera de Dios, de esta forma podemos darnos “el lujo” de reflexionar y estudiar otras interpretaciones que no sean la judaica o la cristiana sin sentir culpa alguna. Eso sí, lo hacemos con todo respeto.

Lo primero que uno se pregunta es cuánta verdad hay en estos escritos, cómo y en qué circunstancias fueron escritos, cuál fue el idioma utilizado, quiénes los recopilaron, cuál y cómo fue la interpretación de los exégetas, cuántos libros originales existen al día de hoy, que sucedió en los Concilios de Trento y Nicea y porqué eliminaron tantos libros de los que existían y que hoy día se conocen como apócrifos.

Por lo anterior, resulta completamente aceptable las interpretaciones modernas que existen sobre ciertos personajes y hechos que aparecen en la Biblia a la luz de nuevos conocimientos que transforman estas interpretaciones, la idea de que personajes citados en la Biblia como ángeles, diablos o dioses como Yahvé podrían ser extraterrestres no se debe de descartar. 

Como nos dice Wikipedia, “Yahveh ha sido interpretado de formas muy diversas; y hasta se discute su origen cultural. No obstante, esta deidad (asociada también como Elohim), según la Biblia, indicó que sería llamada Yahveh, y lo hizo de dos maneras: primero de un modo indirecto, al aparecer 6.828 veces la grafía (YHVH) en el antiguo testamento; y segundo, de manera más explícita, por ejemplo, en el relato del libro del Génesis. Aun así, para el tiempo en que el pueblo judío fue exiliado de esclavo a Babilonia, parece ser, que ya estaba prohibido pronunciar su nombre en público (excepto por la clase sacerdotal en privado y los saludos que contenían este nombre), ya que era sagrado; por lo que fue creada esta interpretación: Formada por las cuatro consonantes hebreas: —Y (iod), H (hei), V (vav) y H (hei)— que se la denomina también Tetragrámaton”.
  
La misma fuente nos dice que Elohim o AElohim (אֱלהִים) es una palabra hebrea utilizada en la literatura judía que significa "Dioses", siendo el plural de El (אֵל) o Eloha (אֱלהַּ), que se traducen como "Dios".

La versión de la Biblia de Nacar-Colunga solo comenzando nos dice en Génesis 1:2 “Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre las bestias de la tierra, y sobre cuantos animales se mueven sobre ella”.  Y más adelante en el mismo Génesis 3,22 “Díjose Yahvé Dios: “He ahí a Adán hecho como uno de nosotros, conocedor del bien y del mal; que no vaya ahora a tender su mano al árbol de la vida y, comiendo de él, viva para siempre”.

Como pueden ver la transcripción y la interpretación no es correcta y lo que hicieron los exégetas con esto es poner en evidencia su manipulación al escribir: “díjose entonces Dios” cuando lo correcto era escribir: “dijéronse entonces los dioses, hagamos al hombre…”

En el Antiguo Testamento repetidamente encontramos alocuciones a dioses, por ejemplo, en los libros del Éxodo y Deuteronomio aparecen las siguientes sentencias: Deuteronomio 5:7-9 “7-No adores otros dioses además de mí. “No hagas ningún ídolo ni nada parecido de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas que están debajo de la tierra. “No te inclines ante ellos ni los adores, porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso. Castigaré por el pecado de los padres a los hijos, e incluso a los nietos y bisnietos, por culpa de los que me desprecian y en éxodo 20:3“No tendrás dioses ajenos delante de mí”.  En Deuteronomio 4:19 los hijos de Israel tienen prohibido adorar “el sol, la luna y las estrellas, y todo lo que hay en el cielo. . . [Que] Yavé tu Dios ha concedido a todos los pueblos de todo el mundo bajo el cielo”. En Isaías 14:13-14, se nos habla de una rebelión “Los “Resplandecientes, hijos de la mañana” trataron de colocarse por encima de “las estrellas de Él [el más alto Dios, o Yavé]” para “sentarse entronizados en el Monte de la Asamblea (de los dioses)” para “ser como Elyon [el nombre más completo para el Altísimo Dios]”. 

En los Salmos encontramos muchas frases que hacen pensar que Yahvé sí tenía competencia, veamos: “No hay nadie como tú entre los dioses, oh Yavé” (86:8), “Porque grande es Yavé, y digno de suprema alabanza; él debe ser reverenciado por encima de todos los dioses” (96:4), “Nuestro Señor está por encima de todos los dioses” (135:5), “Dad a Yavé, dioses, atribuyan a Yavé gloria y poder” (29:1), “Él es exaltado sobre todos los dioses” (97:7), “Porque Yavé es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses” (95:3). 

Aclaramos que aquí no hemos mencionado la experiencia de Moisés con Yahvé, no por ignorancia, sino porque sus experiencias resultan muy parecidas a las hoy se conocen como encuentros cercanos del tercer tipo, experiencias que queremos comentar posteriormente.

Ante toda esta información nosotros nos preguntamos: ¿Estaba Yahve acompañado de otros seres cuando hizo al hombre? ¿Por qué este personaje llamado Yahve aparece en diferentes oportunidades pidiendo que sólo se le adore a él? ¿Puede sentir Dios celos? ¿Acaso existieron otros dioses (extraterrestres) interviniendo en el planeta y Yahve lo sabía? ¿Por qué en todos los continentes encontramos dioses venidos del cielo? ¿Se repartieron el planeta algunos dioses en el pasado lejano? ¿Manipularon los textos los exégetas para darle más importancia a Yahvé? 








   

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